¿Cómo organizar el tiempo? La pregunta del millón.

Hoy tengo el gusto de tener la colaboración de Valeria Espinosa, Co-fundadora de eshop2go.com, Miami. Ella nos dará sencillos y prácticos trucos para que nuestras ocupaciones no sean fuente de estrés, caos sino fuente de energía y calidad de vida. ¡Qué disfruten!

Paola

Cómo organizar el tiempo es  una pregunta que, sin duda, se hacen muchas personas todos los días alrededor del mundo. El ritmo actual de la vida, los negocios y las actividades en familia hacen que los niveles de stress de hombres y mujeres se hayan elevado a niveles nunca antes vistos, con el consiguiente deterioro en la salud mental y física de millones de seres humanos.

Además de cumplir con las obligaciones ineludibles del trabajo, la casa y familia, seguro habrás leído y escuchado a muchos gurús de la salud decir que:

  • tienes que darte un tiempo para ti mismo todos los días,
  • la vida sedentaria nos está aniquilando,
  • debes (¡imperativo!) realizar 30 minutos de ejercicio todos los días para estar en óptimo estado físico,
  • debes practicar un hobby que te ayude a poner tu mente “en otra cosa”, y
  • si no dedicas 8 horas cada noche a dormir profundamente, no podrás funcionar al día siguiente.

¡La lista es interminable y eso solo logra aumentar nuestro nivel de ansiedad y culpa! No dudo ni por un momento que todas estas actividades aportan grandes beneficios a nuestras vidas, de hecho cuando yo lo he puesto en práctica, me ha funcionado de verdad y ¡me he sentido totalmente energizada!

La pregunta entonces es:

¿qué hacer cuando el torbellino de la vida diaria te envuelve y ocupa todos tus espacios y cuando literalmente, no tienes tiempo “ni para respirar”?

Es difícil pero no imposible, y no creo que debamos esperar a que alguna situación nos sacuda hasta los cimientos, para tratar de incluir hábitos más saludables en nuestra vida. Y un hábito saludable, que no tiene que ver precisamente con la alimentación y el sueño, es el de organizar nuestro tiempo y establecer prioridades de la manera más real posible para poder tener una calidad de vida óptima. No solo para nosotros sino para todos con quienes compartimos nuestro diario vivir.

Yo solía ser muy desorganizada con mi tiempo, y esa forma de llevar la vida no me estaba funcionando en absoluto. Tengo una hija pequeña, trabajo en mi propio negocio, llevo la casa y trato de dedicarle tiempo de calidad todos los días a mi esposo e hija, ¡además de realizar mandados rutinarios que todos de una forma u otra tenemos que realizar! Así que un día decidí que o yo llevaba las riendas de mi tiempo o éste terminaría llevándome por delante sin freno.

Te cuento lo que hice a principios de este año (aunque no lo creas):

  1. Decidí comprar un calendario, del tamaño de un cuaderno mediano, con los días del mes desplegados en gran tamaño y con un espacio adecuado para hacer anotaciones.
  2. Deseché la agenda electrónica del celular.
  3. Empecé a apuntar con puño y letra todos y cada uno de los eventos y/o reuniones ya sea de trabajo o personales que tenía pendientes para los siguientes días y semanas.

Noté desde un principio una tendencia a recargar la agenda, por una (¡mala!) costumbre, arraigada hace años, de “quedar bien y cumplir con todos”.  De pronto tenía varias cosas por hacer a la misma hora, lo cual me llevaba nuevamente a ocupar más tiempo en asignar nuevas citas y reuniones.

Poco a poco fui estableciendo prioridades:

  1. a) cuales eran las actividades a las que debía asistir sin postergación, y
  2. b) que otras debía aplazar o cancelar definitivamente.

Hoy día y 6 meses más tarde, puedo mirar el panorama completo y organizar mis horarios y actividades sin estrés y concentrándome en lo que debo y en verdad quiero hacer.

El tener un calendario estructurado me ha permitido también incluir actividades gratificantes para mí que no tienen que ver con la casa, el trabajo y mi familia. Destino una hora a la semana fija, para hacer una clase de yoga y esa cita conmigo misma, la tengo bloqueada indefinidamente en mi agenda. Claro que hay ocasiones que no puedo tomarla y tengo que fijarla nuevamente. Pero saber que tengo una fecha establecida para mi clase, me recuerda que tengo un compromiso ineludible conmigo misma, que debe ser honrado en la medida de lo posible.

Ahora puedo realizar, aunque sea en un mínimo grado lo que recomiendan los gurús de los que hablaba anteriormente:

  1. En lugar de estar sentada por horas frente a mi computadora, trato de levantarme cada hora por 5 minutos y estirar los brazos, mover el cuello y relajar los músculos de la cara.
  2. Si tengo que llegar a un lugar, ahora estaciono el auto un poco más lejos y camino unas cuantas cuadras o evito el ascensor y subo por las escaleras para ejercitar un poco mis piernas.
  3. En la noche trato de no mirar Facebook, Twitter o Instagram por más de 10 minutos seguidos y destino ese tiempo a estar de verdad presente con mi hija y mientras la acuesto y se va quedando dormida, respiro profundamente y agradezco de corazón al Dios por la oportunidad que me ha regalado de vivir nuevamente un día a plenitud.

Sin duda es un reto organizar mejor nuestro tiempo, no solo porque nos ayuda a realizar las actividades más importantes y prioritarias de manera más eficiente y productiva sino también porque nos ayuda a encontrar pequeños momentos durante el día para nosotros mismos, para desconectarnos por un minuto del ritmo acelerado y agitado de la vida y sosegar nuestro interior, recordando que nuestro organismo, nuestra mente y los seres que más queremos, y que nos rodean con su presencia amorosa, nos lo agradecerán por siempre.

Sólo ahí sabremos que hemos aprendido a distinguir lo que es verdaderamente importante, lo que da sentido a nuestras vidas y lo que hace que el tiempo, que antes parecía escaso, se multiplique milagrosamente para disfrutar de los grandes y pequeños placeres de la vida.

Por: Valeria Espinosa, Co-fundadora de eshop2go.com, Miami

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La autora:

Paola Durán es uno de los 6 expertos en Social Selling reconocido por LinkedIn en Iberoamérica. Ella y su equipo ayudan para que las empresas consigan más clientes y mejoren su reputación digital a través del liderazgo de opinión de sus líderes y colaboradores. Trabajan con equipos comerciales y de mercadeo de PYMES.